2010/08/24

Madrid 2010

Madrid

Viernes 4 de junio de 2010:

El océano Atlántico quedó atrás, ya volamos sobre territorio europeo y nos acercamos a la capital española. Desde mi ventana 47L puedo observar bien hacia abajo y con sol favorable. La vista es preciosa. La primera impresión es que en el viejo continente las montañas no son tan altas como en América. Los pueblitos tampoco son de forma ajedrezada como los nuestros, sino que las calles forman círculos concéntricos o de todas maneras tienen calles curvas.


Y otra gran diferencia son las carreteras que aquí sí son verdaderas autopistas, muy rectas, de hasta cuatro carriles por sentido, con puentes a cambio de cruces peligrosos. Veo cultivos de árboles muy separados y esos sí en prefecta línea recta o formando cuadrículas. Se aprecian incluso cultivos en forma de círculos, quizá para facilitar los sistemas de riego en forma radial. Pero en general estas son tierras áridas, no como los suelos tan verdes que ve uno al llegar al aeropuerto José María Córdova o a la sabana de Bogotá. Y lo que más me impresionó fueron algunos sembrados de color escarlata formando como una elegante alfombra roja que nos da la bienvenida.

Por supuesto que me siento muy emocionado pues este es mi primer viaje al continente europeo. Es un sueño cumplido y un deseo acariciado por mucho tiempo. El dinero que recibí por la venta de la super carry es el que empiezo a disfrutar en estos momentos. Cuántos momentos felices me esperan ya y cuántas cosas nuevas voy a aprender desde ahora. Bienvenido a Europa!

Al fin después de nueve horas de vuelo aterrizamos en el aeropuerto Barajas que tiene unos techos en forma de M como la inicial de la capital española. Las sillas del avión quedaron en desorden con almohadas y cobijas revolcadas. Yo me quedé de último para no hacer fila y observar todo con esmero.

El de Madrid es un aeropuerto inmenso. Me descresta la tecnología que se utiliza para bajar los equipajes. Vienen en contenedores que son llevados por máquinas hasta los carros que los conducen a la banda transportadora. Poco se manipula la carga, mientras menos personas haya que ocupar, mejor. Tampoco vi los guías humanos que orientan al aviador para llevar la nave hasta su parqueo. Y es que sí, esa labor sería difícil de realizar en pleno invierno. De cinco obreros que llegaron a atender el avión tres son calvos y todos mayores de 40 años.

Este aeropuerto de Barajas fue remodelado en el 2005. Casi no tiene muros divisorios, no más que vidrios que facilitan la visibilidad. A pesar de las distancias y los espacios tan amplios, se siente uno llevado por máquinas y ascensores. Pero tampoco hay matas o jardín, solo vidrieras, es un aeropuerto de ambiente frío y como metálico.

Cogimos el tren para ir al sitio en donde se recogen las maletas. Los carritos tienen freno automático que hay que desactivar para arrastrarlo. Las sillas del aeropuerto son bien cómodas, todas con descansa brazos, no como las nuevas y ordinarias que han instalado en Rionegro. Afuera se ven carros de marcas finas: Mercedes, Audi, Peugeot, de modelos recientes y muchos utilitarios.

Llegamos hasta el parqueadero donde estacionan los carros de alquilar. Allí nos entregaron una camioneta Mercedes Benz Vito para nueve pasajeros de color blanco, modelo 2008 de placas GMN 1909. Esta será ‘nuestra casa viajera’ durante 37 días.

Al salir entendemos cómo el aeropuerto madrileño tiene cuatro terminales: T1 el aeródromo regional, T2 para vuelos particulares, T3 para aviones de carga y T4 donde llegan los vuelos internacionales. Y se llama Barajas por el pueblito cercano en cuya circunscripción se encuentra el cuádruple aeropuerto. Ahí cerca se ve muy bonita la torre de la iglesia del mencionado pueblo.

Lo primero que me llama la atención cuando salimos en la camioneta hacia Alcalá de Henares es cómo acá no se ven tantas vallas publicitarias o si las hay están ubicadas como a 20 metros de la vía. En realidad en los países desarrollados hay menos contaminación visual.

Y algo que me pareció hermoso: el cielo madrileño. Con copos de nubes preciosas y muchas líneas blancas que dejan ahora los aviones al surcar el firmamento europeo. Hace calor pero a la sombra sopla una brisa deliciosa. En el viejo continente casi todas las ventanas de los apartamentos tienen rejillas de madera para conservar el calor en invierno e impedir la entrada de los rayos del sol en verano.

Yendo para el hotel pasamos cerca al Cerro Mejorada del Campo en donde se estrelló el avión de Avianca en los años 80 por culpa de su piloto que ese día realizaba su último vuelo, antes de jubilarse, y que también resultó ser el último día de su vida.

La idea según nuestro guía es no dormir ahora, cuando en Colombia ya está de noche y a pesar que estemos cansados, sino seguir en vela el resto del día europeo. Esa es la mejor manera de cuadrar nuestro reloj biológico. Así que guardamos los equipajes en el hotel Ibis de Alcalá y después de un baño estuvimos de nuevo en la camioneta para ir a almorzar al centro de Madrid.

El cielo está hermoso, decorado con nubes saltonas muy blancas. A un lado de la vía se ven magnolios preciosos como los que hay también en Atlanta. Sin excepción todo el tráfico pesado transita por la derecha. Aquí sí hay disciplina y orden para conducir por las carreteras. Pasamos cerca de la fábrica de automotores Iveco que según cuentas pertenece a la firma Pegaso.

Llegamos al centro de Madrid, muy desolado hoy debido al puente del Corpus Christi el pasado jueves hasta el lunes próximo. Los madrileños han aprovechado para dejar la ciudad e irse a descansar al campo. Anduvimos por la Avenida La Castellana, una de las principales vías de la capital española y por donde Álvaro se mueve como pez en el agua. Justo ahora pasamos por el sitio en donde se exhibe la mano regordeta esculpida por nuestro escultor Fernando Botero.

Y hay algo que llama la atención de nuestro guía, porque nunca antes lo había visto en Europa: algún mendigo pidiendo una moneda y jóvenes al parecer rumanos o de todas formas de Europa Oriental, que se ofrecen en los semáforos para limpiar los vidrios de los autos. Como que ese es el reflejo de la crisis económica que viven algunos países de la unión como Grecia, Portugal y la misma España. Creíamos que esos cuadros solo se veían en nuestros países latinoamericanos.

Yo no conocía una ciudad de un país desarrollado, por lo cual no dejo de admirar las calles tan arborizadas, el orden y la limpieza de las avenidas madrileñas. Y lo que más me gusta son los decorados de los edificios antiguos y las hermosas esculturas en mármol que adornan la ciudad.

Llegamos al barrio Argüelles en donde conozco a Juan Camilo y Catalina, el primo de mi morena que heredó de los Castaño la vena artística y se dedica a la pintura. Se han radicado en Madrid desde hace un año cuando se casaron en Medellín pero como que aspiran a vivir en Londres con un hermano de Cata que ya reside allí. También saludé a Italia, una señora envigadeña casada con Juanito amigo entrañable de mi suegro quien falleció hace unos años. La tarde está preciosa, el ambiente es delicioso, pero sí tenemos algo de sueño casi todos. Los Castaño Gómez nos advierten frente a la posibilidad de sufrir resequedad de las mucosas debido al clima tan seco en verano.
En mesas ubicadas en la acera y a la sombra de hermosos árboles citadinos nos sentamos a tomar tinto de verano y a disfrutar de una paella que tenían preparada en un restaurante los amigos de Álvaro Posada. Después pasamos a un Supermercado alemán de la cadena Lidl, muy conocida en el viejo continente por los precios bajos que ofrece. Aquí en Europa hay más consciencia ecológica por eso en algunos almacenes no dan bolsas plásticas sino que cada cliente lleva su saco de tela o el carrito para llevar el mercado. Observo los precios y encuentro que todo es más costoso que en Colombia, casi al doble, y lo único que puede tener un precio similar son los productos lácteos que en mi país tienen IVA y seguramente acá son considerados insumos de la canasta familiar.

Salimos a coger Metro subterráneo hasta la estación Gamal, cerca de la Puerta del Sol. Es este un tren más delgado que el de Medellín y con posibilidad de pasar internamente de un vagón a otro. La Puerta del Sol es el sitio que más quería conocer de Madrid, pues cuando era joven me sentaba con frecuencia en la heladería del mismo nombre que hay en la esquina del parque de Envigado. Al fin llego al sitio original, muy hermoso, con la escultura ecuestre de Carlos III en el centro y un gran aviso de Vino Tio Pepe en lo más alto de un edificio. También se ven allí el monumento al Oso y el Madroño que están en el escudo de Madrid, prototipo de la antigua fauna y flora de la región. Con Álvaro me hice tomar una fotografía al pié de la nueva placa que señala el punto cero desde donde parten todas las carreteras radiales de España.

El edificio más antiguo de la Puerta del Sol es la Casa de Correos y en ella destaca el reloj de torre que fue construido en el siglo XIX, y cuyas campanadas de las 12 de la noche del 31 de diciembre marcan el momento de la tradicional toma de las doce uvas para la gran mayoría de los españoles.

Después nos sentamos a calmar la sed de esta tarde veraniega en la Plaza Mayor, un sitio bellísimo e igualmente emblemático de Madrid. Qué belleza de edificios los que forman el marco de la plaza. Cabe destacar La Casa de la Panadería con dos torres cuadradas a los lados y en el centro de la plaza la escultura ecuestre de Felipe III.

Aquí el ambiente es muy agradable a pesar del alto costo de las bebidas. Una coca cola pequeña cuesta cuatro euros y una caña, (cerveza doble), 4.5 euros, algo así como cinco veces lo que valen esos mismos productos en mi país. Pero bueno durante el paseo seguiré el principio aquel de que

‘Quien convierte, no se divierte’

Así que a disfrutar sin límites.

En España el salario mínimo está entre mil y 1.200 €. Por eso la mayoría de la gente come de pie o en autoservicios, es decir, en sitios donde cobran más barato porque no hay que pagar por la atención de un mesero. Al empezar este recorrido claro está que nos impresionan los precios. Cualquier gaseosa cuesta entre tres y cinco €. Y aquí en Europa muy seguramente será más barato comprar una botella de vino que la equivalente de agua.

Yo quería comprar un NetBook para hacer directamente el diario de viaje y para guardar en carpetas por ciudad las fotos que voy a tomar. Pero al fin no me puse de acuerdo con Juan Camilo para que me acompañara a comprar el aparato. Lástima, pues es trabajo que pierdo o que me toca hacer en Medellín.

Entonces caminamos en grupo por el centro madrileño. Nos tomamos fotos en la Plaza de Oriente, al pié de la Escultura a Felipe IV. Según se lee en Wikipedia,

se trata de una obra maestra de la estatuaria ecuestre, no sólo por su calidad artística, sino también por sus características técnicas. Es la primera escultura a caballo del mundo en la que éste se sostiene únicamente sobre sus dos patas traseras, y discretamente también sobre su cola. En la pintura es fácil mostrar la grandeza de un caballo encabritado, pero la escultura requiere cumplir con las leyes de la mecánica. La obra consigue su difícil equilibrio gracias a un calculado estudio de los puntos de apoyo y la distribución de los pesos. Ésta hermosa escultura del siglo XVII, se debe al escultor Pietro Tacca, quien la realizó en Italia utilizando un diseño de Velásquez y con el asesoramiento científico de Galileo Galilei para asegurar su estabilidad.

Pasamos por la Chocolatería San Ginés, donde probamos los famosos churros con chocolate líquido. Mejor el chocolate que los churros que no tienen un sabor especial. Anduvimos por el Teatro Real, un edificio gris bonito y el Palacio de la Zazuela en donde viven el rey Juan Carlos y la reina Sofía. Me encanta ver payasos y arlequines que arman sus puestos con atuendos muy originales. Había una mesa con tres caras sonrientes que solo una era la de un payaso muy sonriente.

Qué jardines tan hermosos se ven en las avenidas. También esculturas de personajes épicos decorando las principales vías. Ya de noche, es decir, luego que hubo oscurecido, pasamos en carro por frente a la puerta de Alcalá y el Edificio Metrópolis que tanto quería conocer.

A las diez de la noche regresamos al Hotel Ibis cerca de Alcalá de Henares rendidos pero felices de comenzar este paseo que esperamos sea de lo mejor que hayamos vivido.


Sábado 5 de junio de 2010:

Ya de noche regresamos de Segovia a Madrid y mientras íbamos por la carretera nuestro guía nos deleitó con algunas melodías conocidas de la música española como

‘Doce Cascabeles’, ‘La Zarzamora’ y,
como luego iremos al país vecino, escuchamos también ‘Abril en Portugal’.

Al llegar a Madrid aprovechamos los ánimos que nos quedaban para recorrer algunas de las principales calles de la capital española. La avenida Princesa que desemboca en la Plaza España donde arranca la hermosísima Gran Vía, ahora con iluminación nocturna, y que termina en la Calle de Alcalá. También pasamos cerca del Palacio de la Moncloa, algunos ministerios, entre ellos el del aire, y por supuesto, la Plaza España. Y uno de los puntos más representativos de Madrid: Las Cibeles, en el cruce de la Calle de Alcalá y el Paseo de la Castellana. Por último Álvaro nos mostró lo bien ubicada que está la Embajada de Colombia en España.

A las 10 de la noche regresamos a ‘nuestra casa’ en el principio y fin del paseo: El Hotel Ibis cerca de Alcalá de Henares.


Domingo 6 de junio de 2010:

Madrid como que es una ciudad con espacio suficiente para crecer y expandirse. De todas formas Europa no tiene montañas altas como nuestras cordilleras colombianas. Solo hay cuatro torres rascacielos en Madrid, modernas, excepcionales y ubicadas en las afueras de la ciudad. En general los edificios más altos llegan solo hasta el piso 10.

Cerca del Hotel The Westen Palace, el hotel de los reyes de España, dejamos la camioneta y salimos a caminar a pié por el centro de Madrid. Ese Hotel tiene una arquitectura antigua preciosa. El plato fuerte del programa de hoy es visitar ‘El Rastro’, una calle en donde los domingos por la mañana exhiben toda clase de mercancías y baratijas en toldos que ocupan toda la avenida. Casi que nada nuevo, más o menos lo mismo que se ve en ‘el hueco’ o en los mercados de las pulgas de cualquier ciudad. Sobre todo acá se vende confección barata traída de la China o India. Me gustó un reloj de pared, como de estación de tren antigua, pero cuesta la bicoca de 26 €. Entonces preferí buscar un locutorio para escribir a mis familiares.

De paso para la Plaza Mayor de Madrid, entré a conocer la iglesia de San Cayetano, muy grande y bonita. En el templo se celebraban primeras comuniones. Es cierto: los europeos aprovechan la llegada del verano para hacer matrimonios y demás celebraciones. De esa manera se asegura un bello día para la fiesta familiar.

La cita era encontrarnos los nueve del paseo a la una de la tarde en el Museo del Jamón, luego que cada uno visitó el lugar que más le interesaba. Sobre todo las muchachas llegaron a chicanear con las cosas tan bonitas y baratas que compraron. Almorcé con merluza, ensalada y papas por 7.90 €. Estuvimos un rato admirando la Plaza Mayor y disfrutando de su ambiente alegre y clásico.

Parte de la tarde la dedicamos a visitar el Museo del Prado. Perdimos como una hora porque el museo, que fue el punto de encuentro, tiene dos puertas una con taquilla y la otra sin entrada. Algunos estuvimos en la segunda, preocupados porque no aparecían los otros, también muy ansiosos mientras esperaban en la primera puerta.

Ya dentro del Museo Juan Camilo Castaño, quien por ser pintor ha estado muchas veces en la exposición, nos sirvió de Guía. Con mucho acierto Camilo nos explicaba ciertos detalles de las obras más representativas, como el cuadro llamado El Descendimiento, de Van der Weyden famoso por su aspecto teatral pues muestra con mucho dramatismo ‘el momento en el cual la virgen se desmaya’.

Particularmente me gustaron las obras de El Greco: El entierro del Conde de Orgaz, también la de Carlos V y el Furor de Leoni, una pieza a la cual si se le quita la armadura queda expuesto un personaje mitológico. De Francisco de Goya, el principal artista español me gustó la ‘Maja vestida’, como para presentarle a su esposo y la ‘Maja desnuda’ como para deleite del artista. Por mi gusto artesanal me llamaron la atención hermosas piezas de orfebrería que se exhiben en una de las salas del sótano del Prado. De Francois Girardón me encantó el retrato ecuestre de Luis XIV. Qué preciosidad!

A las seis de la tarde terminamos el recorrido, cansados pero muy satisfechos por lo visto en este Museo. Al sacar el carro del parqueadero casi no logramos que subiera la vara que controla el acceso. Al fin logramos que desde la cabina central accionaran la puerta pues el sistema no leía la tarjeta de nuestro guía.

Dentro del itinerario estaba programada la asistencia a un concierto en el Auditorio Nacional. Hasta allá fuimos pero para fortuna de muchos el concierto fue cancelado seguramente por el puente festivo del Corpus Christi.

Noto cómo en Madrid se ven pocas motocicletas, casi todas de alto cilindraje y con parabrisas. Las marcas más frecuentes de autos son Audi, Peugeot, Mercedes y uno que otro pequeño Smart. Casi no circulan vehículos de modelo anterior al 2.000.

Entonces como algunas de las compañeras querían asistir a una Feria Artesanal que hay en Alcalá de Henares, pues salimos hacia allá.

1 comentario:

  1. Weyden, Roger van der ( el descendimiento) , te recomiendo google earth un programa gratuito que hizo un trabajo detallado de las obras mas famosas de los grandes museos , es espectacular.
    en youtube escribe por ejemplo museo el prado y te muestra como navega , es fantastico.
    la foto de la paella ufff tremendo recibimientos.
    me alegra mucho tu experiencia y el excelente acompañamiento del maestro alvaro posada.

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