2010/12/23

Génova

Lunes 14 de junio de 2010: 

Hoy será un día de muchos kilómetros en la camioneta. La salida desde Niza se postergó media hora en vista de que mis compañeros regresaron después de la media noche. Viajaremos a través de los Alpes por la Ruta del Sol que es una de las carreteras más bellas del mundo. Y además muy cómoda, por los casi 360 túneles y viaductos que permiten andar siempre por carriles rectos. Por la misma razón se trata de vías que requieren muy poco mantenimiento. En cambio en Colombia el negocio está en hacer vías de muchas curvas y pendientes que requieran mucho sustento.  En Italia donde hay una cañada se construye un viaducto y cuando aparece una montaña, pues se perfora un túnel.

A las 9:15 de este lunes entramos a Italia. A 180 kilómetros de Niza está Génova, la patria de Cristóbal Colón. Aunque hay quienes dicen que el  descubridor de América no era genovés, sino catalán y gracias a su hablado italiano convenció a la Reina para que le ayudara con las joyas.   Vamos por la Liguria, cuya Capital es Génova. En el dispensador de tarjetas para el pago de peaje, Álvaro le grita a la máquina:

‘Juventud extendida con destino Roma’.

Nos alegra mucho entrar a Italia que es un país muy especial. Se ven pueblos sobre laderas en medio de árboles frondosos, casi siempre pinos vela de intenso color esmeralda. Casas como campestres con iglesia de torre delgada y muy alta en el centro del conglomerado. Como no tienen barrios deprimidos, todos los pueblos europeos son bonitos. Desde lo alto de la autopista se divisa allá abajo San Remo, a orillas del Mediterráneo. Toda esta Costa Azul es preciosa. Es como si transitáramos a través de un largo balcón con vista al mar. Se aprecian campos de golf muy bellos por el pasto tan bien cuidado y verde.

En Europa los cultivos son ‘eternos’, en cambio los nuestros son contingentes: nacen, crecen producen y mueren.  En cambio acá una mata de uva o un árbol de aceitunas dura muchos años y eso permite tener un control sobre los precios. En el trópico en cambio hay mayor incertidumbre frente a las cosechas. Otra ventaja de la agricultura europea es que en el invierno mueren casi todas las plagas, no así en el Ecuador donde permanecen y más fácilmente proliferan. Ante las irregularidades de los terrenos alpinos, los agricultores construyen terrazas para cultivar y regar los sembrados.



Paramos en un área de servicio para tomar una foto. Aquí hay un Auto Grill muy bien surtido no solo con comida sino con almacenes en los que se vende toda clase de antojos. Nosotros todavía disfrutamos de la canastilla con cerezas que compramos ayer. Vemos pasar un auto de la nueva versión del Topolino: el Fiat 500, que es un carro precioso.




Son la 11:30 de la mañana cuando pasamos por Génova, un importante puerto marítimo con muchas carrileras y un gran puente con torres de cemento. Dejamos atrás la salida para Milán que queda en el centro norte de Italia. Ahora vamos hacia la ciudad  de Livorno y empezamos a bordear el Mar Tirreno, el mismo que limitan la bota Itálica, y las Islas de Córcega y Cerdeña al occidente  y Sicilia al sur. Continuamos entre túneles por los Apeninos, nombre que toman los Alpes cuando entran a Italia. Este es un país de montañas, excepto cuando se bordean las costas del Tirreno o el Adriático.



De pronto nos encontramos con un carro de la Policía que tiene arriba un aviso luminoso de alarma del tamaño del capacete. Hubo un accidente con fallecido y algo se detuvo el tráfico por esta autopista. Ante esa alarma le pasamos al conductor un poco de jugo de naranja con unas goticas de ‘disminuti velocitate’. A más velocidad, se incrementa el riesgo de accidentes. Esta vía es buena pero tiene solo dos carriles, muchos túneles y avanza en descenso.

Se me ocurre pensar que la diferencia entre Europa y Latinoamérica o cualquier país subdesarrollado son los árboles. Acá todo está cultivado o luce verde de todas maneras. Hoy completamos 11 días de convivencia en nuestra camioneta Mercedez Benz. Un tercio del tiempo total que viviremos en comunidad. Ese hecho lo celebramos con un albaricoque deshidratado, cortesía de Gloria Elena.

Son las 12:30 del día dejamos atrás la autopista del sol y nos desplazamos por la Vía Aurelia en memoria de un Emperador Romano de sexo masculino. Es que en italiano muchos nombres que para nosotros son femeninos, aquí se acostumbran para los hombres. Andrea, es otro caso. Ahora nos encontramos cerca de Florencia, ciudad que visitaremos al regreso. Por la capital artística de Italia pasa el río Arno que desemboca luego en Pisa, ciudad a la cual nos dirigimos en este momento. Ya estamos atravesando la región de Toscana. 

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