2011/01/26

Corfú


Lunes 21 de junio de 2010:

Temprano nos enteramos por la Televisión española del 69% de la votación del candidato a la Presidencia de Colombia: Juan Manuel Santos, con más de nueve millones de votos, la mayor votación de presidente alguno.

Este lunes principio del verano estuvo delicioso. Nos levantamos temprano para desembarcar en Corfú una vez el barco atracó en su muelle.  Primero una buseta nos llevó de la puerta del barco hasta el Puerto, a solo cinco cuadras de donde salimos. Allí se veían ya muchos avisos en griego.  Luego por cinco euros cada uno un bus nos llevó hasta el centro de la ciudad, concretamente a la entrada al Alcázar o alto amurallado en donde hay que pagar cuatro euros para ascender al Mirador donde hay un faro y una cruz.


Fui de los primeros en llegar a la cumbre después de subir por escalas y rampas pavimentadas. La vista desde allí es muy bonita, se aprecia el pueblo y gran parte de la bahía. Tomé algunas fotos y bajé rápido porque ya caían las primeras gotas de lluvia. Dicho y hecho: esta mañana a las siete nos anunciaron por altoparlante que había un 80% de probabilidad de lluvia.


Antes que llegara el agua estuve en el centro de Corfú. Esta ciudad no es tan grande como Split, pero bonita e interesante. Tiene muchos edificios de 5 pisos un poco derruidos algunos y los más con balcones o ventanas clásicas. Las calles son curvas y angostas. Hay un sector de puro comercio en la calle y al lado  en los almacenes. Venden artesanías en madera, aretes y pulseras, camisetas impresas de las cuales compré dos, una negra para mí a 7 euros y la roja para Daniel, con la torre de la iglesia de Corfú por 10 euros.


Mi prioridad era encontrar un café internet antes que cayera el chaparrón. Efectivamente encontré uno muy bueno a 2 euros la hora y tan pronto como empecé a leer los correos cayó el aguacero fuerte que duró el tiempo que estuve escribiendo. 

Al salir recorrí el comercio. Con la ayuda de Margarita quise comprar un anillo rojo muy bonito para mi morena pero es difícil encontrar su talla de dedos tan delgados. Después entré a una iglesia ortodoxa cristiana en donde se exhibe para que los feligreses veneren, el féretro con el cadáver momificado de un obispo que creo que es Spiron.  Sacerdotes jóvenes todos de larga barba cantaban el ‘kirie eleison’, la oración de perdón más conocida en todo el mundo. Uno de los curas limpiaba con un trapo el vidrio del ataúd cada vez que un creyente lo besaba.


 La iglesia bastante pomposa, con muchos incensarios de plata donados, seguramente, por dueños de barcos pues de muchos de ellos colgaba la imagen en alto relieve de la embarcación. El cielo raso de la iglesia muy decorado y en el retablo central las imágenes de santos de varias clases en el inconfundible estilo ortodoxo. Un poco oscura la ermita y quizá decorada en exceso con apliques de plata. Pensaba yo como casi todas las religiones son parecidas y tienen ritos semejantes, máxime ésta que es tan afín a la católica. Lo diferente acá es el águila bicéfala que aparece en varios altares y las velas tan delgadas que encienden en nichos especiales para evitar incendios.

Pero lo más interesante fue que justo cuando yo iba a entrar al camarín donde está la reliquia del santo, aparecieron otros curas y varios policías y guardaespaldas. Llegó un señor cachetón y canoso son su familia muy distinguida. Los sacerdotes entonaron cantos más elaborados e hicieron oraciones especiales mientras estuvo el personaje en el camarín. Dentro del templo no dejan tomar fotos, pero cuando el personaje salía yo lo enfoqué al unísono con los fotógrafos oficiales que habían hecho presencia en el templo. De esa manera pude obtener una foto del encopetado funcionario público.


 Luego visité otro templo menos concurrido, recorrí algunas calles de la ciudad y entré a algunos negocios. No se ven muchas novedades en artesanías. En la Plaza Principal  había mucha gente en las mesas de los corredores de edificios antiguos con faroles en forja muy bonitos. 


Después anduve a pie los dos kilómetros que me separaban hasta el puerto  en donde permanecía fondeado el Esplendor de los Mares. Fue un poco agotadora la caminada, pero entretenida mirando tantas embarcaciones de colores diversos, los aviones que aterrizan en el aeropuerto cercano y los carros de marcas similares a las del resto de Europa.


Ya en el barco, me puse al día en el diario de Corfú, y estuve en la terraza del décimo piso conversando con las Glorias y los Mejía. Luego saludé a una pareja de chilenos en luna de miel. Muy formales, estuvieron también por España e Italia. La chica me recomendó www.booking.com, una página especial para hacer reservas de hoteles que a ellos les dio muy buen resultado y se ahorraban las comisiones de las agencias de viajes. Claro que hay que pagar con tarjeta de crédito.  Los enamorados estuvieron también en El Cairo, una ciudad superpoblada y de mucho desorden, según contaron.

Deliciosa la tertulia con amigos de Chile, allí en la terraza viendo pasar muy bajos los aviones que luego aterrizarían en Corfú, saboreando un cafecito con leche o mirando cómo salían los barcos y ferris, entre ellos uno llamado Sófocles V. Después de las cuatro de la tarde nos asustó el pito grave, fuerte y estridente de nuestro barco anunciando la salida hacia Atenas.


La salida de Corfú fue hermosa, es que definitivamente todo paisaje marino es muy especial. Es maravilloso ver cómo se va alejando la vista de Corfú, los otros barcos que quedan fondeados, un avión grande que pasa sobre nosotros camino al aeropuerto, no, pues este panorama es de lo mejor. Entre el puerto de Corfú y el de Atenas hay 707 kilómetros, según informaron por el altoparlante. Estaremos en la capital griega mañana martes a las 11 de la mañana. O sea es un recorrido largo.

Más tarde estuve por el gimnasio en donde hay máquinas para que la gente haga spining mientras mira el mar a través de las ventanas. En el comedor me comí un pedazo de pisa y subí luego a mis aposentos privados. El viaje esta tarde ha estado movidito. Parece ser que esta entrada al mar Egeo por ser tan estrecha está caracterizada por vientos fuertes. Pero también se vio ahora un arco iris precioso. Igualmente la luna creciente se asomó en el firmamento y acompañó nuestro viaje varias horas. 

Como será el movimiento que ha tenido la nave, que en el comedor uno tenía que pegarse de las mesas para no caer, todos andábamos como borrachos yéndonos para los lados. Yo pensaba en mi morena y recordaba cómo a ella no le ha entusiasmado eso de los cruceros. Tiene razón, pues como la vi de mal regresando a Cartagena desde Barú, no quisiera verla más en ese estado. Gloria Elena se mareo y estuvo bastante enferma. Tanto que no asistió a la Cena del Capitán, una fiesta lujosísima para la cual hombres y mujeres lucen sus mejores galas. Sobre todo las mujeres se ven de vestidos blancos preciosos y algunos hombres de corbata negra.

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