San Gimignano

Miércoles 16 de junio de 2010:

En medio de una hermosa puesta de sol salimos de Siena con destino San Gimignano a donde arribamos a las ocho de la tarde. Al fin encontramos el apartamento de la señora Mariela, justo al lado de la Porta San Giovann por la cual se entra a la ciudad amurallada.  

Se trata de una vivienda cómoda y completa de dos apartamentos que Álvaro arrendó por primera vez. En uno se acomodaron los Posada y en el otro el resto de viajeros. Todos nos sentimos allí como en casa, qué buen hospedaje.

Antes que anocheciera subimos hasta la Plaza de San Gimignano. Este es un pueblo bellísimo, ahora adornado con banderas verdes y rojas. La plaza Cisterna es muy bonita y como la luz solar languidece, esos destellos le dan al caserío un encanto especial. Mientras tanto un cacho de luna creciente decora el firmamento sin nubes. Bandadas de golondrinas y otras aves revolotean alegres mientras cae la tarde. Hay un mirador precioso con extraordinaria vista hacia los campos de Toscana.

San Gimignano se destaca por la limpieza de sus calles y lo bien cuidada de las fachadas. Este hermoso pueblo fue fundado por los etruscos en el siglo III antes de Cristo, y en el siglo X tomó el nombre del obispo San Geminiano quien libró la ciudad de los ataques de Los Hunos de Atila.  Los autos no parquean en el casco urbano, sino que deben guardarse en las afueras del pueblo. Nos sentamos a la entrada de la plaza, justo en las escalas de una capilla a saborear una pizza deliciosa, de pasta delgada y crujiente como nunca antes habíamos comido.  Y encima, una copa de vino tinto, claro. Ya con eso y el cansancio del viaje, quedamos listos para ir a la cama.

Jueves 17 de Junio de 2010:

Dormí excelente en un sofá muy fino y cama bastante sólida que me admiró la forma como  arma y desarma de manera perfecta.  Los habitantes de San Gimignano han conservado invariable este hermoso poblado. No se ve ningún aviso en las fachadas, solo vitrinas a manera de cuadros que colocan en las portadas de los almacenes. Adentro la exhibición se hace con gran gusto y cuidado. Muchas casas tienen sus frentes decorados con jardines de flores rojas, rosadas o violeta.

Álvaro consiguió viandas para el desayuno y nos preparó un delicioso plato en el apartamento de los Posada. Subimos de nuevo a la Piazza della Cisterna, pero encontramos el sitio lleno de casetas y puntos de venta. Hoy es un día de mercado en San Gimignano que, por supuesto, esta mañana no tiene el encanto pueblerino de anoche.

Mientras mis compañeros visitaban el comercio yo anduve por calles no transitadas ayer y más allá de las murallas tomé fotos de los alrededores del pueblo que se ven preciosos ahora ya con toda la luz solar. Por estar ubicado en lo alto de una colina, San Gimignano ofrece una panorámica espléndida de los campos de la Toscana.

San Gimignano es una de las ciudades más representativas del Medioevo Toscano cuando los señores feudales construían torres a cuál más empinada para demostrar su poderío y riqueza. Hoy se conservan unas 15 torres de diferentes alturas, en su mayoría cuadradas,  que son el distintivo evidente de la ciudad. Es posible subir a lo más alto de algunas de esas atalayas para obtener una bella vista de la ciudad y sus alrededores.  

En el Museo San Gimignano hay una maqueta en cerámica decorada de lo que era la ciudad en tiempos medievales. Además se puede visitar el original Museo de la Tortura.

A las 11:30. Con maletas más gordas por las compras recientes nos acomodamos en la camioneta para salir hacia Florencia. A través del Black Berry de Jorge nos enteramos del calendario para hoy y las novedades del Mundial de Fútbol.