2011/01/22

Crucero por las Islas Griegas


Crucero:   El Esplendor de los Mares

Royal Caribian


Sábado 19 de junio de 2010:

Un grupo de nueve amigos de Medellín que estamos  viajando por Europa desde el pasado 4 de junio, decidimos hacer el Crucero por las Islas Griegas a partir de Venecia. (Italia), ciudad de la cual zarpamos y a la cual llegaremos dentro de ocho días. En un gran salón del muelle veneciano,  hicimos la operación de registro. Por no pertenecer a la Unión Europea y porque nuestro pasaporte aún no tiene código de barras el proceso fue más dispendioso para nosotros. Pero al fin terminó la espera  y entramos al barco. 

Luego de la revisión por parte de la policía italiana, que no fue nada exhaustiva, estuvimos sobre la cubierta del buque. Primero la foto del grupo contra un telón con la imagen del Royal Caribian.  Acto seguido  entramos al ascensor y al salir en el sexto piso tuve una sensación especial. Fue como haber pasado de la vida terrena a la del más allá, casi que como haber llegado al cielo. A través de la ventana se veía allá muy abajo la costa y algunas embarcaciones. Pero para mi fue como ver la tierra desde la otra vida. De un momento a otro, como si hubiera muerto de repente me encontré en el más allá mirando el mundo desde la eternidad.



Todo el personal que nos recibió en el barco nos saludaba muy sonrientes. A cada cual le respondían el saludo en el idioma que lo daba. Se ve que es gente muy bien capacitada. La logística que implica este crucero es increíble. Todo está fríamente calculado para que salga a la perfección.

A la entrada al comedor hay jabón para que quien quiera se lave las manos en seco. Un empleado sugiere la limpieza en la puerta. Y si, le quedan a uno las manos limpias y agradables. El almuerzo muy rico y merecido después de la caminada por las calles y puentes de Venecia. 



Al ver leche en el comedor cometí el error de tomar un vaso con postre. Al rato ya mi colon se sentía molesto. Menos mal pude escoger luego entre varias frutas para contrarrestar y calmar a mi ‘gordo refunfuñón’. Piña, sandía, melón blanco y naranja, todas las frutas tropicales que acostumbramos a consumir en Colombia se sirven acá y se pueden consumir a discreción.

Me perdí la salida del barco de Venecia. Es un espectáculo muy bonito aunque esta tarde como estaba lloviendo el paisaje se veía deslucido. Espero ver otras salidas y llegadas más luminosas. Necesitaba descansar. Incluso no atendí el llamado cuando por los altoparlantes de todas las habitaciones se nos ordenó a todos salir a plataforma para asistir al simulacro de desembarque que es una condición de las autoridades navieras.



Mientras estuve acostado semi dormido no sentí ningún movimiento del barco. Solo cuando me paré ahí sí sentí pequeños ruidos o crujidos del camarote y algo de meneo como cuando en tierra hace algún movimiento sísmico. En el primer piso sí puede uno marearse si se pone a mirar el movimiento del barco y de las olas. Pero en los pisos altos ese movimiento impacta poco. Cuando me acosté tenía sueño. Ahora cuando despierto me parece un sueño esto que estoy viviendo. Qué más se le puede pedir  a la vida?



La habitación 3017 que nos asignaron a APC y a mí es muy cómoda, aunque pequeña: dos camas tocador, escritorio con gavetas, closet y el baño muy amplio. Qué diseño tan acorde a las necesidades del huésped. Aunque nuestra pieza no tiene ventana o balcón al mar, me encanta su comodidad. El televisor está empotrado al escritorio, pero se puede sacar y girar de tal manera que la pantalla quede frente a las camas. Una mesa de noche entre las gemelas tiene dos gavetas que ni siquiera utilizamos. Sobre la cabecera de la cama hay una lámpara con interruptor al alcance de la mano. Así que en apenas unos 24 metros cuadrados tenemos dos camas, salita, escritorio con seis gavetas grandes, closet y baño. En fin que estamos como reyes, sin tener que desempeñar ese oficio. 

Lo mejor es que la habitación tiene una cortina que separa el área de las camas del escritorio. Total que podré sentarme a escribir o a organizar las fotos cuando mi compañero de camarote esté durmiendo sin molestarlo. Igualmente me llamó la atención la forma como se vacia el baño: Produce un ruido fuerte y se limpia  en segundos. APC me explica estos sanitarios funcionan con aire comprimido que absorbe la descarga a fin de ahorrar consumo de agua.


 La grifería del lavamanos, como en casi toda Europa, se acciona con cualquier movimiento de la mano o el codo, es decir no es una perilla pata dar vueltas con los dedos, sino una palanca que baja al  cerrar o sube para abrir. Eso permite que se pueda accionar con el codo sin llenar de jabón la perilla que se pone resbaladiza como en los lavamanos de Colombia. 

Tan pronto me ubiqué en la habitación guardé el dinero en la caja de seguridad y acomodé la ropa en las gavetas. Qué bueno llegar a desempacar todo y no como en los días precedentes cuando permanecíamos en cada hotel apenas unas horas. Este barco tiene todos los servicios: Casino, bares, biblioteca, médico a 170 euros la consulta, etc.


 APC y Jorge tuvieron que quedarse con las ganas de un whisky porque en el bar les retuvieron la botella que abrieron ingenuamente en la terraza. Y es que en otro crucero en el que estuvo APC sí se permitía el ingreso al barco de una botella de licor.

Todos los días Adriana de Zousa, una paulista muy querida que tiene a su cargo nuestra cabina nos trae un informativo con la programación diaria. También se hace despliegue de los distintos sitios del barco en donde todo se cobra muy costoso.

En fin que después de muchos días de añorar tener tiempo para estar quieto o durmiendo o en una habitación, ahora vamos a estar una semana en esas: con todo el tiempo para dormir y dentro de un edificio rodante.

Por la noche fue la cena. Nos programaron para las nueve a quienes APC nos inscribió primero, excepto Jorge y Margarita. Así que todas las noches nos vamos a encontrar en la mesa del comedor muy elegante que hay abajo. A cada pasajero le asignan la mesa y hora que debe ocupar todos los días para la cena. Algunas personas llegan muy elegantemente vestidas. Como ya temprano había comido pescado fue poco lo que consumí esta vez: una ensalada de espinacas con tomate, deliciosa y un postre de dulce tibio con helado: riquísimo.



Viendo el lujo de este comedor recuerdo la película Titanic. Es muy parecido: gente de la clase alta, mesas bien servidas, meseros vestidos de negro. A propósito Ricardo nos recuerda como anteriormente los viajes trasatlánticos eran en barco, y estaban divididos por clases sociales, de tal manera que los que pagaban más costoso no se veían con los de clase inferior.

Luego vino la aviación y acabó con los viajes en barco. Ya ir de América a Europa no demoraba varios días sino unas horas. Pero los dueños de los barcos no podían quedarse con sus buques vacíos, entonces se popularizó el viaje en cruceros por rutas cercanas a la costa. Hasta que se llegó a lo que tenemos hoy, barcos para dos o tres mil personas todas en una sola clase y pagando tiquetes económicos. Los dueños de las navieras obtienen las ganancias de los altos costos que cobran en los servicios dentro del barco.



Claro que este buque tiene literas con ventana, y hasta con balcón, las del piso 7 y 8. La nuestra es interna y no tiene vista al mar,  pero para ser la primera vez, está bien así.

Bueno, ya empecé a trabajar las fotos en el nuevo computador y a hacer el diario directamente. Creo que en estos días de Crucero me será muy útil el NetBoock. Qué bueno que lo compré.

Tengo sueños atrasados, así que subí a mi habitación a escribir estas líneas y a dormir a las 10:30 de la noche.

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